Capítulo 28 - ¡Zapatero, quiero mi velero!

Cuando me junto con una amiga o cuando en vacaciones quedamos de noche para ver la lluvia de perseidas o simplemente para salir, me da por reflexionar en cosas que no suelen ocupar mi cabeza si no es en esas circustancias. Pero hoy voy a dedicar mi entrada a algo que nunca he querido comentar por ignorancia, y ahora que sé de lo que hablo gracias a la formación que estoy adquiriendo voy a redactar unas líneas al respecto.

En la historia el hombre siempre ha aspirado a un mejor vida. La vida es un camino de espinas resumió la filosofía de un milenio: había que trabajar sí o sí, y encima de los infinitos escesos había que agradecerle al soberano su protección, por eso al descubrir América tantas gentes que no habían salido de su pueblo se fueron a otro continente, lo que se repitió una y otra y otra vez, como hace medio siglo.

No obstante, hay que reconocer que ha habido una gran mejoría y un aumento de los derechos del proletariado, ahora trabajadores con un sueldo y un quehacer., llegando a su punto cumbre hace a penas 35 años.

Ahora en estos momentos tan difíciles hemos llegado a un punto de inflexión. Lee esto que he encontrado hoy:

 

En la sociedad en la que vivo la política es algo fundamental en lo que tienes que definirte sólo cuando creas que puedes entenderla, y yo tengo el orgullo de haber elegido, pero no soy un hincha. Si el un equipo gana hay que celebrarlo, pero si pierde hay que reconocer la derrota, y sobre todo en política debemos saber separar pensamiento, filosofía y medidas ante los problemas. Y ahora que cada uno opine sobre esas medidas y que no se deje influir sobre los que creen tener las soluciones milagro, porque a  todos nos vendría bien el fin de todo esto, incluso a los de arriba.