Hoy ha sido un día muy duro, tanto como ayer. Si ya ayer lo pasé mal en el viaje de vuelta viendo a mi madre conducir y a los demás coches pasar por mi ventanilla, hoy no lo he pasado mejor ni mucho menos. Lo que pensé que me valdría de desconexión, la clase y eso, ha sido un contínuo monotema hasta con los propios profesores, porque nadie podía creer mi caso y, lo que es peor, que me oligaran a poner el antivaho con el coche en movimiento en ciudad con lo peligroso que es no ver lo que pasa a tu alrededor.
A todo el mundo le parece muy surealista lo del prohibir bajar ventanillas y poner aire acondicionado, y todaví más lo de pedir activar la climatización en un automóvl en el que se ve muy claramente que no hay (al parecer se habilita con un solo botón).ç
Nadie me ha sbido dar las causas, ni si quiera dan crédito a que me pongan como "observaciones" que NO haya dejado en una ocasión que el volante volviera a su sitio (yo lo puse recto para evitar maniobras).
Al volver hacia casa he visto que el suelo estaba lleno de papeles, y he cogido uno. "greba OROKORRA Irailak 29an" o lo que vendría a ser "Huelga GENERAL el 29 de septiembre". ¿Y qué pasaba ese día? Que es la próxima oportunidad de presentarme, y aunque es dificil que se sumen los funcionarios, con mi puta mala suerte a lo mejor tengo que esperar al puente del Pilar (el día 13 es el próximo que puedo) dentro de un mes, y sin volver a dar clase.
Por eso me he ido a andar en bici para quitar ceniza del cenicero como suelo hacer siempre que tengo problemas y tiempo (y si no llueve, claro...), pero no ha funcionado. Ni siquiera al pasar por los sitios por donde estuvimos tan agusto un amigo y yo hace un mes, ni eso me ha funcionado.
Me he subido al espigón y he mirado el mar, tan infinito, tan peligroso, pero tan relajante... ideal para una foto.
Me gustaría ser como ese bote, delicado y lento pero sin perder el ritmo, o como los grandes cruceros, fuerte y duro ante las adversidades. Pero no me gustaría ser un velero... depender del aire que le rodea, de su dirección, de su fuerza. Tan grandes pero tan frágiles.
Muchas veces pienso en que todos juntos deberíamos sentarnos en una trainera y remar hacia adelante. Un solo remero no puede hacer nada, pero si hay dos o cuatro o diez, se puede llegar más fácil para clavar el arpón en la ballena. Pero eo nunca va a pasar porque la gente no tiene en cuenta lo que le pase a su alrededor.
El mar está con resaca, y hay mucho viento de norte. Todo recto a estribor, y que pase lo que tenga que pasar.
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