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Bienvenido a este rincón de Internet. El primer día me comprometí a publicar cada día una entrada sobre cualquier tema al azar usando mis propias fotos, y no fue mal del todo.. ahora me lo tomo con más calma. Para ahorrar espacio y acortar las entradas encojo las fotos al menor tamaño posible. Por eso, si quieres visualizarlas, sólo tienes que clicar sobre ellas.

Tras todo esto, espero que te interese mi blog y que lo sigas atentamente!

martes, 17 de agosto de 2010

Capítulo 1 - El carnet de conducir... ¿Cuál si no?

Quien quiera problemas, que se acerque a la autoescuela más cercana. Esto estarás pensando si tú también has tenido la magnífica idea de intentar conseguir ese carnet rosa que tanto luce en una cartera.
Si ya lo tienes, en cambio, esta entrada te será útil para recordar lo bien que lo pasaste escuchando al monitor darte mil órdenes en medio segundo mientras pensabas ¿soy una máquina?.

Se me está haciendo bastante duro. A decir verdad, la decisión de sacármelo no fue sólo mía, pero me anima la idea de poder moverme sin depender de nadie por sitios desconocidos... sí, esos lugares que no aparecen en ninguna postal ni en ninguna revista, los mismos que inmortalizas en una foto para que, cuando te pregunten dónde están, sorprendas al curioso de turno. Pero todavía queda un largo camino por recorrer.

La primera pared que sufrí fue durante las primeras dos clases. Impulsado por un sentimiento anormalmente positivo por haber aprobado el teórico en menos de 3 semanas y con un sólo fallo, me monté en el coche y fuimos a un parking vacío. Me presenté a mi enemigo, sr. embrague (ojo, que sirve para desembragar... ¿no era más fácil "desembrague"?). Se me calaba, frenaba pisando el acelerador, cambiaba (o intentaba cambiar de marcha) sin pisar del todo el embrague... eso sí, el profe muy majo recordándome lo burro (burrico según él) que llego a ser.

A los pocos días llegó entrar en carretera y la sensación de velocidad. Al principio me hizo ilusión, y me aumentaba cuanto más duraba el trayecto, lo rápido que iba... hasta que mi profesor me dice que acelere. ¿Acelerar? ¡¿MÁS?! Entonces miro el velocímetro intentando llegar a duras penas a la marca de los 70km/h.
Y lo más gracioso, la pegadiza canción que cantaba Nos vamos a mataar.

La tercera pared fue hace relativamente poco: casco viejo. Calles estrechas por las que no cabe ni el carro de Manolo Escobar, con un empedregado años 20 (a.c.) en las que hay que elegir qué espejo retrovisor rayar para dañar lo menos posible el diseño del vehículo. También destacables las aceras de 40 cm y los aparcaderos para peatones (también llamados portales) por si alguien se atreve a cruzar con algún medio de transporte de más de 3 ruedas.

Hoy ha sido la cuarta pared. El hachado. El Zasca! . Hemos salido en carretera por esa excursión catalogada como pa'bernos matao por mi profesor de autoescuela. Pero hoy cumpliendo todas las normas de velocidad y de circulación. Qué mal lo he pasado... tomar una curva en quinta me cuesta más que arrancar el coche en segunda en una cuesta empinada (que conste que lo intenté...) y eso que llevo 17 clases!!
No puedo mantener recto el volante, me pego a la izquierda, tengo miedo a ir deprisa, me entran nervios por cualquier chorrada... y menos mal que sus gracias me tranquilizan! Menudo humorista se ha perdido el mundo...

Mañana toca otra clase más... a ver si consigo superar la embragofovia, la acelerofovia, la velocifovia y los nervios, todo ello fruto de la poca confianza en mí mismo (como me ha dicho él). Dicen que muerto el perro se acabó la rabia... aunque mucho me temo que no hay suficiente valeriana en el mundo para mí. ¡Ah, se me olvidaba! Tengo el examen práctico el 3 de septiembre.

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