Capítulo 35 - Adios, verano, agur

Faro de Higer

No, no estoy loco! Hoy día 22 de septiembre de 2010, día supuestamente sin coches y con la rutina de entreaño ha sido el último día de verano. Atras quedaron días de playa, ir de corto y llevar gorra (los más afortunados). En unas horas entramos en el otoño, la estación de los mil colores y del viento.

Los árboles empiezan a ponerse en ambar antes de despojarse de las hojas que tantas veces nos han dado cobijo en las calurosas horas de la ola de calor. Ahora que España desaparece del gps de los anticiclones podemos desempolvar los pantalones largos, las sudaderas y la ropa de lluvia, y comprar algún paraguas (se me rompió aquí a principios de junio... ¿quién me mandaría usar paraguas con lluvia ligera?).

Las primeras nubes (del otoño, porque de aquí no se despegan ni a cañonazos) van buscando el faro de Higer para encontrar la puerta a la península donde van a pasar sus particulares y húmedas vacaciones hasta nueva estación, y el cantábrico visualiza el color del cielo por última vez para recordarlo durante los meses fríos y lluviosos.

Por delante nos esperan las setas, los vendavales, las olas y los paisajes rojos a la espera de los senderistas que los inmortalicen. Hola otoño, kaixo udazkena.