Capítulo 37 - El diploma de mi despensa

Tras una historia en la que sólo los más ricos alcanzarán la universidad el camino al liderazgo, la universidad se ha autoproclamado como la institución para lograr un puesto líder sobre el resto. El españolito currante de los años de Paco intentaba conseguir para sus hijos el puesto que tuvieron los superiores que tantos golpes les dieron. Pero esa bola ha aumentado, y aumentado, hasta que ahora o vas a la universidad, o eres un patético fracasado al que la inteligencia no le da para seguir adelante.

Acabo de leer esta noticia en la que se habla de lo difícil que es encontrar trabajo cuando tienes títulos universitarios. Porque francamente, ¿qara qué queremos mil directores de empresas si después no pueden serlo? El sueño español es llegar a jefatura y mandar, sin plantearse que es imposible un estado sólo de altos cargos.
Este superávit está provocando la deslocalización de los puestos de trabajo, colocando a los señoritos licenciados en los puestos de razas inferiores como grados medios o gente sin estudios, atentando a su orgullo. Así te encuentras con que la gente, a un mes de hacer selectividad, no sabe qué estudiar y termina eligiendo empresariales (aquí al menos) o cualquier cosa con tal de decir que va a la universidad.

La conclusión  es que hemos conseguido un país con unas estadísticas como que tenemos 5 veces más de ingenieros que Alemania, teniendo la mitad de habitantes: en otras palabras, en la locomotora alemana hay 1 ingeniero por cada 10 vagonetas españolas, y les sobra.

Yo estoy estudiando un grado superior, y tan agusto. No he salido todavía al mundo laboral, y tengo pensado estudiar otro. Cuando un universitario se saca 1 título, yo puedo tener 2. No servirán para ser jefe, pero tampoco me importa, porque creo que dentro de poco vamos a demostrar que, estando por debajo de los demás, tendremos más trabajo. Y así se conseguirá que la gente elija su futuro por gustos, no por orgullo.